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Asma infantil: causas, síntomas y tratamientos

1 de mayo de 2020
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Más niños sufren de asma que de cualquier otra enfermedad crónica, con más diagnósticos en Estados Unidos, Reino Unido y Australia que en cualquier otro país. A medida que la tasa de diagnóstico disminuye en las naciones ricas en recursos, los países más pobres muestran tasas crecientes, con mayor gravedad y más muertes. Para comprender el impacto y el tratamiento de esta enfermedad, comience con sus factores de riesgo, síntomas y diagnóstico.

¿Quién está en riesgo de padecer asma infantil?

En Estados Unidos, 8,3% de niños desarrollan asma infantil, lo que cuesta $50 mil millones en tratamiento médico anual y ocupa el tercer lugar en la lista de motivos de hospitalizaciones infantiles. En niños menores de 10 años, la enfermedad afecta más a niños que a niñas, y el 80% de los diagnósticos de asma se produce durante los primeros seis años de vida del niño.

La genética, las infecciones virales, los problemas pulmonares asociados con el parto prematuro y la exposición ambiental pueden aumentar la probabilidad de que los niños desarrollen asma. La exposición a la contaminación, incluido el humo del tabaco, también aumenta los factores de riesgo, al igual que el estrés infantil y los antecedentes familiares de afecciones médicas como el asma, las alergias y el eccema.

Durante el embarazo, las madres que fuman, siguen dietas ricas en azúcar o consumen menos ciertos nutrientes, como vitamina E, zinc y ciertos ácidos grasos, pueden aumentar la probabilidad de que sus bebés desarrollen asma. Sin embargo, resulta bastante confuso que incluso los niños que crecen lejos de la contaminación, sin fumadores en su familia inmediata, también pueden desarrollar asma. Desafortunadamente, la ciencia médica no sabe exactamente cómo reducir los factores de riesgo del asma.

Cómo se comporta el asma

Con cada respiración, inhala a través de la laringe hasta la tráquea y hacia los pulmones a través de conductos llamados bronquios. Más cerca del tejido pulmonar y de menor tamaño, los bronquios se llaman bronquiolos, y estos conductos conducen a pequeños sacos de aire llamados alvéolos que llevan oxígeno al sistema respiratorio y devuelven dióxido de carbono.

Cuando estos tejidos pulmonares se inflaman e hinchan, también se estrechan, lo que restringe el flujo de aire y produce los síntomas distintivos del asma. Esta restricción del flujo de aire no es una condición permanente; de hecho, casi siempre es reversible.

El asma también puede aumentar la producción de moco en los pulmones. La inflamación grave de las vías respiratorias restringe el nivel de oxígeno en el torrente sanguíneo y requiere atención médica inmediata.

El asma causa tos y sibilancias, especialmente durante el sueño y temprano en la mañana. Los niños con asma también pueden informar que se sienten sin aliento o que experimentan opresión, presión o dolor en el pecho, además de dolor de estómago.

No todos los niños que tosen y respiran con dificultad cuando se resfrían desarrollarán asma, pero si experimentan estos síntomas después de los tres años, normalmente tienen asma. Los episodios de obstrucción reversible del flujo de aire durante ataques de tos y sibilancias pueden confirmar el diagnóstico de asma.

¿Qué desencadena un ataque de asma?

Un resfriado o una gripe que se instala en la cabeza o el pecho son el desencadenante más común de un ataque de asma. La contaminación exterior y el clima pueden causar o empeorar el asma en muchos niños, y los ataques son más comunes con el aire frío, la lluvia, el viento y cuando la presión barométrica sube o baja. El asma inducida por el ejercicio aparece después o durante un ejercicio vigoroso y prolongado. El polen, el polvo, las mascotas peludas, el moho, el humo del tabaco o del vapeo y la contaminación interior pueden causar síntomas.

Diagnóstico del asma infantil

Una prueba de espirometría mide el volumen de aire inhalado y exhalado, junto con la rapidez con la que se puede exhalar. Durante la prueba, usted respira profundamente por la boca y exhala lo más fuerte posible en un tubo conectado a un aparato de medición.

Alternativamente, una prueba de provocación estrecha deliberadamente las vías respiratorias mediante ejercicio o inhalación de aire frío o medicamentos. Pruebas adicionales descartan otras afecciones, como fibrosis quística, reflujo ácido, alergias y deficiencias del sistema inmunológico. Para los niños muy pequeños, un ensayo con medicamentos para el asma facilita el diagnóstico y demuestra que los síntomas reversibles responden al tratamiento.

Tratamientos para el asma

Los broncodilatadores ayudan rápidamente a relajar los músculos que rodean las vías respiratorias constreñidas. Sin embargo, estos medicamentos no están diseñados para una terapia regular a largo plazo. En cambio, las dosis inhaladas u orales de medicamentos de control a largo plazo se encargan del tratamiento continuo. Para los niños con asma inducida por el ejercicio, una dosis adicional de medicamento puede ayudar a evitar problemas durante los deportes y otras actividades vigorosas.

Además de los medicamentos, los niños con asma también se benefician de los esfuerzos por eliminar los alérgenos y los contaminantes en casa. Un diario de asma registra cuándo y bajo qué condiciones ocurren los ataques, junto con la gravedad de los síntomas, lo que ayuda a detectar patrones tratables. Los controles regulares y las evaluaciones periódicas de la función pulmonar ayudan a garantizar que los niveles de medicación coincidan bien con los resultados del tratamiento.

Adelantarse al asma

En familias de niños con asma, es fundamental eliminar completamente todos los posibles alérgenos y contaminantes en el hogar, administrar correctamente los medicamentos y comunicarse con su pediatra. Estos pasos forman la base de planes de atención exitosos que ayudan a los niños con asma a vivir una vida plena y placentera.

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